jueves, marzo 20

Usted no lo haga

Si alguna vez usted piensa variar y, por esta vez, comprar papayas naturales en vez de enlatadas: no lo haga. Yo había escuchado por ahí que cocer papayas era una gran empresa. Se lo advertí a Yoyo y le dije que mejor lleváramos las enlatadas que estaban a 10 centímetros. Él no me hizo caso y requete prometió que él las haría. Pasaron los días y las papayas ya estaban madurando demasiado así que me puse a investigar su preparación.

Primero me encontré con que no se pueden cocer con piel, pero que son durísimas de pelar, por lo que es mejor hacerlo con un cuchillo corta cartón ( o tip top). OK. Si en teoría ya sonaba complicado, en la práctica resultó un desastre. Estuve una hora pelando cinco papayas, la cocina quedó amarilla, mis manos acalambras y el piso todo pegoteado.


El segundo paso era cocerlas. Algunos decían que se ponían en agua con azúcar y otros, que era mejor cocerlas con las pepas y poner el azúcar al final. Yo, salomónica, seguí ambos métodos y los combiné. El resultado de los varios trasvasijes que tuve que hacer fue un fiasco. A estas alturas creo que complicarme la vida es mi deporte favorito.

Ahora estoy calculando cuánto tiempo dejarlas en el almíbar mientras pienso cuán fácil habría sido comprar las famosas papayas en tarro.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Tengo un reclamo contra este blog, que pasó con las historias del maestro ese de "feliz naBidad" y esas cosas... como terminaste hablando de cocinar papayas... noto un ligero giro a temas domésticos. Un voto de protesta de mi parte.

Selma dijo...

Igual chistoso.. onda la lucha entre la mujer y las papayas!!! Lo peor es que cuando te enfrentas a algo que suena tan trivial como cocer fruta y te no resulta todo tan facil, una se lo toma a modo personal, y dele que dele hasta que resulta!!!
Suerte con las papayas, a mi no me gustan, así que creo que de está me salvé, pero preguntame cuando quieras por los benditos fritos de acelga..

s2!

belén moltedo dijo...

Pucha Carolina, lamentablemente no siempre me pasan cosas como la historia del gruero. En los últimos años mi vida ha girado hacia lo doméstico, de una manera que ni yo sospechaba. Pero vamos, podemos encontrarle lo bueno a estas historias también.
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Claudia Corazón Feliz dijo...

A mi si el gato me repromete que las hará, sé que no, asi que ni lo pesco y hubiese comprado las enlatadas!

Juran que una no los conoce!

belén moltedo dijo...

Ayer una amiga me contaba que había escuchado decir que las papayas tienen un líquido corrosivo, por lo que hay que pelarlas con guantes puestos. ¡Con razón me picaban tanto las manos después!

galgata dijo...

Es que la gente es muy patuda. ¡Obvio que los vendedores lo sabían! y obvio que ellos mismos compran otras... deben divertirse igual imaginando las peripecias que hacen sus compradores jeje...

Claudia dijo...

Me invitas a comer papayas?

Yo pongo la crema,

mmmmmmmmmmmmmm!

paola dijo...

Entre Pelluhue y Curanipe hay una localidad que se llama Quilicura Alto, ahí hay una familia que vende mermelada de frutilla y papayas al jugo, en frasco de vidrio, con sólo agua y azúcar, LEJOS LAS MEJORES QUE HE COMIDO NUNCA!!!!