viernes, enero 25

Qué pasa si...

Estaba a punto de dejar el computador para ir a la lavandería cuando me acordé de dos de mis muchas obsesiones.

Noté, además, que ambas se hacen presentes en un mismo momento.


1. No puedo salir de mi casa sin carnet de identidad o algún documento que me identifique. Esto, por el miedo que me produce que me pase algo y no ser identificada. Caer en coma y terminar en sala común de la Posta Central, o bien, morir y se enterrada en una fosa común. Todas esas son posibilidades que no van conmigo. O que la ambulancia que debe salvarme la vida se retrase porque los estúpidos que encontraron mi cuerpo se han demorado más de la cuenta en dilucidar quién soy en vez de estar llamando al servicio de urgencia. Esas son todas imágenes de mis peores pesadillas y si puedo evitarlas sólo llevando conmigo mi carnet, pues que así sea.

2. Aunque sea para barrer la entrada a mi casa, botar la basura, salir a ver si está lloviendo o averiguar qué vecino tiene la música tan fuerte, no puedo abrir la puerta sin las llaves en la mano. Le tengo pánico a quedarme afuera de la casa. No tanto por el palo que pega el cerrajero ($ 7.000 de lunes a viernes, de 09.00 a 20.00 horas y $ 13.000 de lunes a viernes desde las 20.01 a las 08.59 horas y fines de semana) sino por todo lo que podría ocurrir estando uno fuera de casa a la fuerza. Agua hirviendo en la cocina, por ejemplo. O que justo uno tenga puesto las pantuflas más ridículas que existen, o que justo justo Yoyo (que tiene una copia de las llaves) no llegue a la casa hasta en cinco horas más y por ahora esté inubicable.
El peor, y por ende mi favorito, es encontrarme con la puerta cerrada y yo en calzones. No soy de las que salgo a botar la basura pilucha, pero ¿y si sucediera?, ¿y si no me di cuenta?, ¿y si fui bien rápido, a una hora en la nunca hay gente en el pasillo? Sería terrible. A veces me imagino qué haría si me pasara. Creo que esperaría en la escalera hasta que sintiera llegar a Yoyo. Si pasara el conserje o algún vecino, correría a otro piso para que no me viera. Para no aburrirme, contaría cuántos autos de color verde pistacho pasan por la calle o cuántas señoras llevan más bolsas de plástico de las necesarias (otra manía mía, pero que no tiene vela en este entierro).

Esas son las sencillas razones de por qué siempre tengo conmigo las llaves y mi carnet, por si alguna vez se lo hubieran preguntado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de las llaves lo encuentro de lo más normal, yo también siempre las reviso pero pork si las olvido no tengo donde ir :S Y lo del carnet, está muy bien, es solo precaución. Solo agrego un dato, si te para un paco o un rati en la calle y te lo pide y tu no lo llevas tienen derecho a llevarte a la comisaría para comprobar que no tengas alguna orden pendiente. Eso es lo unico real, loca, las tonteras en que piensas. Aunque pensándolo bien... yo tengo manías peores.

Claudia Corazón Feliz dijo...

Juajuajua, para que te pregunto por tus otras manías entonces!!!!

Saludos.