domingo, abril 2

A veces pienso en mí

Eran las 11 de la noche y me preparaba para caminar unas 15 cuadras a mi casa, sola. A poco andar un quiltro me quiso hacer compañía. Yo iba a paso apurado por lo que él apenas alcanzaba a oler las paredes y árboles. De vez en cuando me ladraba para que lo esperara. Varias veces me detuvo y lo esperé a que dejara su huella. Y seguíamos camino.
Si yo me adelantaba mucho, venía corriendo desesperado y me pegaba en las piernas. Yo reía.
Cuando llegué a mi casa, él no se dio cuenta y siguió caminando.
Entré rápido y cerré la reja. No quise mirar, pero lo hice igual.
Me miraba y ladraba para que lo dejara entrar. No pude evitar pensar en mí.
Corazón de hielo, subí las escaleras. No pude evitar pensar en mí.

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