miércoles, febrero 8

Este verano no ha sido verano


He escuchado por ahí que las temperaturas en Santiago llegan a los 30 grados, que hay que tener cuidado con el índice de rayos UV y que en cualquier momento vuelve la ola de calor. Incluso 36 grados creo que hubo hace poco.
Yo, como si viviera en un iceberg. Tengo frío todo el día. Se me congelan las manos, estoy pálida.
¿Culpable? El aire acondicionado que tiene un termostato de TODO o NADA que dice "usted, o se muere de frío o se muere de calor".
Una conocida me contó una vez que el primer recuerdo de su vida fue haber sentido el sol sobre la piel cuando estaba en el mudador, junto a la ventana. Me acuerdo de ella todos los días cuando disfruto de escasos 85 segundos de sol, cerca de las 7.30 de la tarde, mientras camino de la oficina al Metro.
Todo lo que queda del día, frío.

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