miércoles, septiembre 5

To do's

Agosto fue un mes en el que comenzaron cambios y ajustes importantes. Dentro y fuera.
Aún poco habituada, algo dubitativa y desordenada.
Este mismo aire de cambio lo quiero aprovechar para incluir nuevas costumbres y retomar aficiones abandonadas.


Tengo deudas. La mayoría son conmigo misma y sólo una es monetaria, afortunadamente. Tengo rumas de libros pendientes, algunos discos esperan una crítica completa, mis uñas están tristes, tengo unos 13 DVDs por ver, necesito meditar, mi máquina de coser se va a atrofiar y mis amigas tienen a tope los pedidos de pulseras.


La semana pasada cumplí con una deuda antigua que me apretaba el corazón cada vez que salía al balcón y me tiene muy contenta haberla cumplido: limpié minuciosamente cada una de las hojas de mis plantas, que estaban grises y deprimidas. Incluso una, la Croton, estuvo a punto de morir de frío. Ahora está en cuarentena, ocupa un lugar privilegiado en el living y recibe mis saludos todas las mañanas y tardes, aunque por ahora sea un palito seco y una triste, muy triste hojita enroscada. Quiero que llegue la primavera y el sol le pegue directo para que se entibie y le vuelvan a salir sus hojas multicolores. La otra planta que me tiene intrigada es la hierba buena. Más resistente, imposible, pero sus tallos han crecido mucho en comparación a sus hojas, que son escasas y muy pequeñas, inservibles para mis mojitos.


Espero de aquí a fin de año reducir la pila de libros por leer (tengo que apurarme porque siempre llegan más), de aquí a fin de mes ponerle oreja a los discos que me faltan. Septiembre será el mes para arreglar la máquina de coser, terminar de ver las películas que me quedan y para darme 10 minutos diarios de silencio mental.


Me había prometido escribir sobre mis deudas para obligarme a cumplirlas. Esto ya es un avance.

No hay comentarios.: