martes, junio 20

pí-em-es

No fui criada para ser femenina. Mi mamá no me quiso poner aros hasta que se lo rogué a los siete años de edad. No tuve tacitas ni cocinita para jugar, nada de eso. Si no fuera porque fui operada y pasé varios días en un hospital, jamás habría recibido una Barbie de regalo.

Repito: no fui criada para ser femenina y más o menos he llevado bien esto de tratar de ser mujer new age, progre, open-minded, moderna, pero sin caer en feminismos falofóbicos. Todo bien hasta que aparece mister pí-em-es y me convierto en un ser llorón, hipersensible y mal genio.


Lo malo: me doy cuenta de lo mal que me pongo este día y me siento peor por ser tan vulnerable a algo 100% biológico. Uno cree tener todo bajo control, y zaz, hay que pasar un día en cama, lloriqueando por ver dos cachorros jugar, tragando chocolate y hablando con las amigas de lo insensibles que son los hombres. Aunque ellos traten de entender, están pisando campo minado conmigo este día y tienen todo en su contra.


Puedo jurar de guata que yo no soy así.
Es culpa del día 28 y de que la luna -mi regente, y que por estos días está en mi casa, cáncer- esté en fase menguante: tanto la marea como mi ánimo bajan, as low you can get.

Lo bueno: es sólo un día -pésimo día- pero se termina y vuelvo a mis casillas, dentro de los parámetros exigidos por la sociedad.
Espero paciencia,
in sickness and in health.

1 comentario:

jpgarnham dijo...

Los misterios del mundo femenino... Ánimo.